Hace ya algunos siglos, España se definía como el Imperio en el que nunca se ponía el Sol, debido a la posesión de territorios en varias zonas horarios de nuestro planeta, por aquellas fechas, nos encontramos con una España, que era lider y guía en el mundo, debido a todo lo que obtenía de las colonias y el poder que ello le daba, tanto es así que Sevilla, recpetora de todo lo proveniente de las colonias era considerada como la capital del mundo.
Sin embargo poco a poco fue perdiendo ese poder, ya que más alla de que los demás países buscarán sus negocios y/o colonias como Portugal con Angola, o con el trafico de personas, mas allá de todo ello, a partir del siglo XVIII en Europa comenzaría a producirse el fenómeno de la Revolución Industrial. Dicha revolución comenzó con la utilización del Carbón y mas concretamente con la invención de la Máquina de Vapor.
Poco a poco las economías europeas se fueron desarrollando y superandose siempre en punta de ellas la de Gran Bretaña, sin embargo nos encontramos en España con una política, como fue el proteccionismo, que consistió en imponer fuertes aranceles a los productos extranjeros para facilitar así la venta de los productos nacionales.
En cambio, mas allá del beneficio presente en cada momento a los productores, nos encontramos con el problema de que estos no van a estar nunca incentivados a renovarse ni a mejorar sus productos, así tampoco a ser mas eficientes ni a producir mas barato, esto también afectará a los clientes, ya que pudiendo comprar mas barato, se ven obligados a comprar mas caro.
Tambien jugó en contra de España las condiciones geográficas de comunicacion, la escasez de materias primas o la inestabilidad política, que bien conocemos sobre la España del siglo XIX, o la dictaduras dictaduras del siglo XX.
Asi hemos llegado hasta pasada la mitad del siglo XX cuando al eliminarse el proteccionismo, se pudo ver el abismo de diferencia tanto en desarrollo como en calidad.
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